Gobernar Maracaibo II

En la entrega anterior Gobernar Maracaibo I, se dejo en claro que la cuestión metropolitana marabina es una realidad que se evidencia en: una entidad territorial que amalgama largamente a más de 2.500.000 habitantes, que se extiende por más de 30.000 hectáreas (más del triple de la superficie del valle de Caracas), integrada, por al menos, 9 municipalidades. También se afirmó que para enfrentar exitosamente el incipiente reto metropolitano “maracucho” es vital separar la agenda política de la administrativa y que una posibilidad era la creación de un Consejo Metropolitano de Planificación.

La clave de nuestra idea en torno a La Maracaibo contemporánea es no dejar, únicamente en las manos de los políticos el proceso de Planificación y Gestión de nuestro Territorio. Y es que al fin y al cabo los problemas urbanos propios de los conglomerados metropolitanos: congestión, contaminación, aumento de la violencia y conflictividad, potenciales deseconomías de escala, no son de izquierda, tampoco son de derecha; son justamente eso: problemas que crecen velozmente y que nos afectan a todos, robándonos por mucho las ventajas de vivir en una dinámica zona metropolitana.

Es indispensable en esta hora de la democracia “participativa y protagónica” ensayar una estrategia en donde la “sociedad civil”, “pueblo”, o a resumidas cuentas asociaciones de HABITANTES tengamos voz, voto y capacidad suficiente para incidir sobre el futuro de nuestro conglomerado urbano. Es evidente que no es una tarea fácil, tampoco cosa de corto plazo. Pero a juicio de quines esto escribimos, mientras los políticos están enfrascados en su batalla permanente, nos están dejando mucho espacio libre para organizarnos y crear alternativas desde lo cívico, desde lo ciudadano.

La coordinación metropolitana de Maracaibo, es un tema que debemos poner en la opinión pública regional, las asociaciones vecinales o comunales, los colegios profesionales, las universidades, los gremios de pequeños y grandes empresarios entre otros, para luego hacerle un espacio en la agenda política. Es un reto para todos, y que debemos asumir sin ambages, si no deseamos que el destino nos alcance y nos encuentre entrampados en los mismos problemas de la capital venezolana.

Gobernar Maracaibo I

Uno de los retos fundamentales de las ciudades contemporáneas es comprender que estas no son espacios acotados, cerrados o independientes. En el caso de Maracaibo (desde 1995 cuando se divide la ciudad en dos municipios) existe la errónea percepción, en la clase política y en la colectividad general, que la ciudad esta constituida únicamente por el municipio Maracaibo y su 1.400.000 habitantes. Esta «confusión» o «error» de apreciación deja por fuera a casi 1.000.000 de habitantes residentes de La Concepción, La Cañada, El Mojan, y principalmente del municipio San Francisco. Para superar esta «confusión» es indispensable caer en cuenta que cuando se habla de Maracaibo se hace referencia al municipio homónimo y a todo el territorio dentro de su zona de influencia; incluso de aquel que esta oficialmente fuera de su área metropolitana, caso del corredor urbano de La Costa Oriental del Lago, que con sus más de 145km de largo y más de 700.000 habitantes, también debe entrar en esta visión contemporánea de nuestra ciudad.

Ahora bien, y al margen de las consideraciones técnicas y estadísticas esgrimidas, en Maracaibo la diatriba política copa la agenda de quienes fueron electos para el buen gobernar. Y es que el tiempo dedicado al discurso político de confrontación, abona al olvido de los ciudadanos, quienes diariamente se ven afectados por un vacío de políticas que impactan negativamente su cotidianidad, o mejor dicho: su calidad de vida. Ante esta situación sólo queda un recurso: separar la agenda política de la administrativa. Si bien es cierto que su relación parece absoluta, únicamente cuando el funcionario logra reflexionar sobre su rol como gobernante podrá efectivamente fungir como un verdadero Gerente Público; aquel que se preocupa por su responsabilidad social más allá de su responsabilidades y posibilidades político-electorales.

Para enfrentar este complicado escenario, es preciso apelar a la creatividad. Una opción concreta podría ser la creación de una Mancomunidad de Municipalidades. Esto simplemente como preámbulo a la creación de un Consejo Metropolitano de Planificación. Pues hoy más que nunca Maracaibo debe planificarse como un territorio integrado, articulado, bien conectado y no como un archipiélago de municipalidades, dislocadas o peor aun: antagónicas. Y es que así como se habla de La Gran Caracas, ya es hora de que hablemos de La Gran Maracaibo o La Maracaibo Metropolitana.

¿Rescatando la Ciudad?

El termino rescatando es definido por La Real Academia Española como “recuperar para su uso algún objeto que se tenía olvidado, estropeado o perdido”. Por razones obvias, es concebible que La Alcaldía de Maracaibo, lo incluya en su slogan como estrategia de mercadeo político al expresar que sus esfuerzos van orientados a “rescatar la ciudad” de la anterior administración. Pero de ser así implicaría, en cierta medida, una visión de Maracaibo que estaría referida solo a la emergencia actual, pero sin muchas luces sobre el futuro, una vez superada la crisis.

Un rescate a la ciudad lo entendemos como una iniciativa, que remata en ese slogan y que debería dar paso, en el corto plazo, a un claro proceso de planificación y de gestión urbana adaptado a las demandas de la ciudad y de un mundo cada vez más urbanizado y con una creciente red de ciudades globalmente articuladas y que compiten entre si.

Múltiples serían las tareas y las áreas que debería acometer esa planificación y gestión urbana en Maracaibo. Una a privilegiar es el espacio público. Entendido este como lugar abierto a todos los ciudadanos, propicio para recrearse, para encontrar al otro y con ello promover la convivencia, la tolerancia y los valores cívicos indispensables para que toda urbe contemporánea pueda existir.

Entendiendo la importancia del equipamiento público y de la polivalencia de estos espacios Maracaibo, al igual que muchas ciudades en el mundo, le ha dado un estatus de obligación legal. Pero a pesar de una Ordenanza Municipal que exige de 11,5 a 12 metros cuadrados de áreas públicas por habitante, la ciudad apenas posee 3 metros cuadrados per cápita. Lo que representa un déficit superior al 70%. En contraposición observamos a Curitiba ciudad brasileña, que por su población y superficie, 1.700.000 habitantes y 434.967 km², es similar a Maracaibo, sin embargo, Curitiba cuenta con un promedio casi 20 veces mayor de espacio público (52 metros cuadrados per cápita). Y utiliza esta inversión en equipamientos urbanos, para promover actividades sociales, culturales, recreativo-deportivas y de fortalecimiento del capital social, con lo que han consolidado una experiencia exitosa de desarrollo físico y social que esta siendo imitada por ciudades como Bogotá, Medellín, Guayaquil, San Salvador, entre otras.

La idea del rescate a la ciudad debería atender a un momento muy puntual, para luego dejarle cabida a políticas urbanas, que trasciendan la emergencia, y promuevan a Maracaibo como una ciudad con una nítida visión contemporánea.

La razón de Monitor Urbano

El cambio más radical que ha visto la humanidad se ha dado justo en nuestra era. El siglo XX fue testigo de cómo las zonas urbanas pasaron de contener 5,5% de la población mundial en 1900, a más del 50% en la actualidad.

El proceso de urbanización -paso de la población del campo a la ciudad- ha sido el vehículo fundamental de este fenomenal desarrollo de las ciudades. Tanto que en pleno siglo XXI el planeta ya cuenta con 19 ciudades con más de 10 millones de habitantes, y aun más sorprendente con 730 ciudades con poblaciones entre medio millón y 5 millones de habitantes. Un dato adicional, es que no sólo hay mayor cantidad de ciudades, sino que la población mundial actual de 6500 millones de personas, una cifra jamás antes vista, ha convertido a la ciudad en el espacio favorito para vivir, porque ofrece las mejores condiciones de vida, aun para los más pobres.

Esta situación nos deja ante un panorama claro: el futuro del planeta es urbano. Y ese futuro se construye y se decide en las ciudades. Es menester pues volcarnos hacia la comprensión de esta compleja forma de organización que son las ciudades, máximo porque su aumento en importancia y tamaño las convierte en unos espacios desafiantes: donde se acumula la diversidad social y cultural y se impulsa la ciencia, la creatividad, el desarrollo económico, pero también son espacios llenos de conflictos y de impactos sociales, económicos y ambientales no deseados.

Ante lo arriba mencionado hemos decidido crear la columna Monitor Urbano con el propósito de ofrecer una mirada crítica y propositiva ante este panorama urbano, que en nuestro país se expresa en 90% de la población viviendo en zonas urbanas, siendo Caracas, Maracaibo y Valencia, las referencias más significativas. Nuestro cometido será abordar diversas temáticas asociadas a las ciudades, haciendo énfasis importante en aspectos como tendencias de crecimiento de las ciudades, déficit de ciudad, problemática habitacional, conflictividad urbana y convivencia, problemática de servicios públicos, mercado inmobiliario y a fin de cuenta: propuestas para el desarrollo de la ciudad.

Partimos pues, de la idea de promover la discusión sobre temas trascendentes para los espacios urbanos donde están contenidas nuestras vidas y el destino del planeta.